Venezuela padece en este momento una suerte de crisis agónica. El colapso generalizado de servicios básicos como electricidad, agua, telefonía, Internet y gas doméstico es el telón de fondo de la vida cotidiana de los venezolanos. El país viene descendiendo escalones sin que se tenga certeza de cuándo y cómo se tocará fondo, para emprender luego la necesaria recuperación y transformación positiva.
Crisis parece ser la palabra que nos define. Crisis sanitaria ahora por la pandemia del coronavirus, pero también del sistema de salud previa a la llegada del virus. Económica porque ubica a nuestro país con los peores registros en inflación o caída del Producto Interno Bruto de todo el mundo, sólo comparable a naciones que han padecido guerras o conflictos armados.